La cafetera de Beethoven

Uno de los defectos de la educación superior moderna es que hace demasiado énfasis en el aprendizaje de ciertas especialidades, y demasiado poco en un ensanchamiento de la mente y el corazón por medio de un análisis imparcial del mundo. Bertrand Russell

jueves, noviembre 26, 2009

Negativamente hablando


Nos creemos la "cima de la creacción", lo más complejo y cercano a la perfección que ha existido nunca, pero en realidad los humanos somos un conjunto perfectamente imperfecto de átomos diseñados para errar continuamente (incluso dos veces con lo mismo), hacer daño al resto de los seres vivos y a nosotros mismos, y destruir el clima y el planeta.

Ninguna especie hizo tanto daño a la Tierra como la nuestra... y creemos que somos los cualificados para "dominarla".

Además los animales de una misma especie están más unidos (como sociedad) que la población humana del planeta.
Nosotros nos hacemos daño continuamente los unos a los otros, incluso a las personas que queremos. Nos traicinamos los unos a los otros, nos supera el ansia de poder (de dinero, en otras palabras), el hambre de prestigio y la avaricia... el egoísmo, en definitva.
Hasta a veces, nuestros propios intereses van por delante de la vida de otras personas...y decidimos acabar con ellas.

Los animales son sensibles al sufrimiento de cualquier miembro de su especie, trabajan juntos por "el bien común" y se unen en las situaciones difíciles o de riesgo.
Nosotros nos machacamos incluso sin necesidad de competir por ningunos recursos, y cerramos los ojos ante el sufrimiento ajeno si no nos afecta de manera directa.

¿A dónde queremos llegar, humanos, si nos abandonamos a nosotros mismos?

Un mal día

viernes, noviembre 20, 2009

El elefante encadenado

Hoy traigo un cuento, un bonito cuento de Jorge Bucay que sirve como reflexión, y como buen ejemplo para enteder la teoría de la indefensión aprendida (para todos los "proyectos de psicólogos" -como yo-):

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente:¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?

Cuando tenia cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
- Si esta amaestrado, ¿por que lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre- que NO PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

domingo, noviembre 15, 2009

La crisis del arte

A lo largo de la historia los estilos y la estética del arte han ido variando y evolucionando: nuevos temas (acorde con el pensamiento de las épocas), nuevas técnicas, e incluso nuevas artes.
Desde EL PRINCIPIO hasta hace pocos años el arte, se hacía y se mantenía, conservándose en museos, galerías, colecciones particulares o cintas o discos (en el caso de la música o del cine). Continuamente se representaba, se emulaba, se exponía, se interpretaba y hasta se copiaba e imitaba.
Hoy día mucho de esto es imposible: el arte se hace y deshace, monta y desmonta, y en muchos casos, se desarrolla con los días contados, con un objetivo de 15 días y luego "morir". Los artistas crean en un lugar, en un momento, y luego todo desaparece.


Es distinto. El arte está cambiando, y como siempre a lo largo de la historia, sigue evolucionando. De eso nadie tiene dudas, pero... ¿Hacia dónde? ¿En qué se está convirtiendo? ¿No estamos alcanzando puntos muy críticos?
Y es que a veces me da la impresión de que en el arte están desapareciendo las barreras. Sin embargo, yo no puedo evitar sentir que no todo vale.

Por un lado está el qué.
Como dice Javier Esparza en "Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo": "Búsqueda obsesiva de la novedad, objetivo fundamental del creador. El artista no aspira a crear una buena obra, sino una obra nueva, que sorprenda por su novedad".
... Y parece que por este motivo podemos hacer arte de un puñado de hierros viejos, de un paquete vacío de cigarrillos o de una lata de conservas rellena de mierda -literalmente- ( y esto ya se ha hecho).

A mí esto me hace pensar, no sólo en el problema de no tener límites, sino en un problema de expresión, en mi opinión lo más llamativo:
El arte es un medio maravilloso para expresar y transmitir sentimientos, pero... ¿qué ocurre cuando "nadie" entiende un arte, cuando no existe esa transmisión? ¿Arte para uno mismo?... ¿O esto ya no es arte?
Y esto es una realidad. El público no entiende los cuadros o esculturas abstractos y los músicos nos dejamos llevar por la belleza de los sonidos de los instrumentos y la combinación de timbres y efectos para salvar una música contemporánea y atonal que algunos ya consideran insalvable.

Antes, el entendido extraía más de cualquier arte, o en cualquier caso, extraía cosas diferentes; pero ¿no corremos el riesgo de estar llegando a puntos en los que a quien "no entiende" no le dice nada, o incluso: "nada le dice nada a nadie" (excepto al propio autor)?
Nuevamente cito a Javier Esparza: "Desaparición de significados inteligibles. Si no se entiende, mejor. Si se entiende, el artista cree que ha fracasado"... ¿Y es que acaso esto se está convirtiendo en un objetivo?

Reflexionemos sobre esto y sobre a dónde vamos a ir a parar. ¿Empieza a ser arte aquello por lo que la gente paga? ¿O cómo?... Yo no entiendo nada, pero creo que a esto se le puede llamar crisis.







domingo, noviembre 01, 2009

Poema XX de Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise...
Mi voz buscaba al viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda

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