La cafetera de Beethoven

Uno de los defectos de la educación superior moderna es que hace demasiado énfasis en el aprendizaje de ciertas especialidades, y demasiado poco en un ensanchamiento de la mente y el corazón por medio de un análisis imparcial del mundo. Bertrand Russell

viernes, noviembre 20, 2009

El elefante encadenado

Hoy traigo un cuento, un bonito cuento de Jorge Bucay que sirve como reflexión, y como buen ejemplo para enteder la teoría de la indefensión aprendida (para todos los "proyectos de psicólogos" -como yo-):

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente:¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?

Cuando tenia cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
- Si esta amaestrado, ¿por que lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre- que NO PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cuantas oportunidades perdidas por creer que estamos atados...

5:21 p. m.  
Anonymous celta said...

Esa pequeña estaca es la que a la mayoría de los humanos obliga a comportarse como borregos por la senda que el "mundo" marca.
Una estaca a la que nos ataron de niños, cuando no sabíamos que sí podíamos elegir otro rumbo.
Sólo unos pocos son los que tienen la curiosidad y el atrevimiento de romper la cuerda y hacer camino... los "raros", los "incomprendidos", los "rebeldes", los "locos"...
Bienaventurados y benditos todos ellos.

Un abrazo... "proyecto".
:-)

12:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

esta historia nos demuestra que siempre hay que seguir luchando independientemente de las veces que fracasemos porque al final podemos conseguir lo que nos proponemos.


Andrés

12:12 a. m.  
Blogger El Barón Rampante said...

Caray! qué buena historia!!

No la había oído nunca, y creo que no la olvidaré. No es que no tenga asimilada esta idea, ni haya reflexionado ya sobre ello. Sin embargo, he estado a punto de convertirme en un elefante en muchas ocasiones...

Cuánto daño hace la idea del destino! cuánto daño hace cualquier idea que presuma ser eterna e inmutable, en lo que concierne a la naturaleza de las personas!!

Porque las cosas cambian, y nosotros con ellas, y el tiempo pasa y los "destinos" se construyen y destruyen constantemente.

2:56 p. m.  

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