Enseñanza práctica para ahorrar disgustos
Te desgañitas por que te crean. Luchas por que se sepa la verdad. Pides a gritos un poco de justicia.
No sirve de nada.
Yo he decidido que hay ciertas cosas que vale la pena permitir. Al fin y al cabo, no conseguiré nada, y me ahorro el desconsuelo, el disgusto, el mal humor y la desazón.
¿Para que amargarme por algo que no vale la pena?
Puede resultar desde evidente hasta estúpido. Pero en realidad, contar por lo bajito y echar la vista a un lado, es a veces, con diferencia, lo más sano y rentable