La cafetera de Beethoven

Uno de los defectos de la educación superior moderna es que hace demasiado énfasis en el aprendizaje de ciertas especialidades, y demasiado poco en un ensanchamiento de la mente y el corazón por medio de un análisis imparcial del mundo. Bertrand Russell

viernes, marzo 19, 2010

Evolución

Hasta ahora siempre he tenido claro que nuestra especie, como las demás, evolucionaba determinada por la selección natural: cambios al azar que se ven o no favorecidos para un ambiente determinado en un momento determinado.


Los individuos con mutaciones beneficiosas en un ambiente tendrán una mejor salud y una mejor vida que les permitirá reproducirse y tener descendencia más exitosamente que al resto. Así, las alteraciones más aptas serán las que reciban los nuevos miembros de la especie, que con la acumulación de mutaciones irá evolucionando. (grosso modo así entiendo yo la teoría de la selección natural).


Sin embargo, desde mi punto de vista, con nuestra “vida artificial” de hoy estamos anulando el efecto de la selección natural.

La medicina de la actualidad permite que gente enferma, mediante tratamientos farmacológicos, trasplantes de órganos, etc, pueda vivir lo suficiente para tener descendencia, a la que transmitirán estos “genes débiles” (suena un poco nazi, jeje).

De esta forma en un gran porcentaje de casos estamos permitiendo que individuos con genes muy poco o nada adaptativos vivan con posibilidades de éxito en la reproducción muy similares a las standard o incluso a las de los individuos más “competentes”. Genes que producirán miopías, enfermedades degenerativas, infertilidades, incluso cáncer, serán transmitidos a los miembros de la especie humana del mañana. (No entro a hacer juicios morales. Sólo lo valoró desde el punto de vista biológico). ¡No se heredan los mejores genes! (al menos la restricción es mínimamente mínima ).

Si no permitimos que actúe la selección natural, de algún modo… ¿no evolucionamos? No lo entiendo

Por otro lado siempre “he sabido” -sin cuestionarme- que nuestra especie dejaría de tener dedos en los pies, perdería las muelas del juicio…: claro que evoluciona; pero ¿por qué?

¿Pensar que perderemos las muelas porque ya no las necesitamos, o que no tendremos dedos porque no proporcionan ningún beneficio, no sería aceptar que “la función crea el órgano”, básico postulado lamarckista?

Pero esto no es así ¿no?: el requisito de satisfacer nuestras necesidades no provoca los cambios que luego transmitiremos a nuestra descendencia. Es el azar el que provoca las mutaciones que un ambiente determinado convierte en favorables o no, como dijo Darwin.

Por todo esto, y como entiendo que con nuestra capacidad de manipulación estamos -como mínimo- alterando el efecto normal de la selección natural, y como he creído lo que me han dicho siempre: que la teoría de Lamarck no es válida…

NO ENTIENDO NI POR QUÉ EVOLUCIONAMOS, NI HACIA DÓNDE, NI POR QUÉ SABEN QUE LO HACEMOS

8 Comments:

Blogger renacer said...

En "El Ajedrez de la Vida" en el post EVOLUCIÓN afirmo que los seres humanos, luchando, evolucionan.
¿Hacia dónde?
Hacia su ser superior.

6:30 p. m.  
Blogger Lechuza said...

Y cuál es ese ser superior?
Ya te leeré ese post

8:14 p. m.  
Blogger renacer said...

En mi móvil tengo un juego de ajedrez que representa muy bien el sentido de lo que llamamos evolución. El juego se puede poner en diferentes niveles que podrían compararse muy bien con diferentes grados de evolución humana. Son: "mono", "niño", "aprendiz", "novel", "experto" y por último "maestro". Para un joven que empieza a jugar al juego su objetivo sería "evolucionar" subiendo grados. Pasaría del grado "mono" al de "maestro" si es que lo alcanza.
Para un jugador de ajedrez su ser superior sería un gran maestro de ajedrez como por ejemplo Kasparov.
Para un ser humano que se adentra en el misterioso juego de la vida su ser superior no puede ser otra cosa que Dios.
Y es que mi querida lechuza un científico siempre empieza estudiando el Universo y termina creyendo en Dios.

5:33 p. m.  
Blogger renacer said...

Por cierto, haber si te pasas por mi diario, que se te hecha de menos.
Un abrazo lechuza.

10:58 p. m.  
Blogger Lechuza said...

Sí, yo también echo de menos tener algo más de tiempo... :)

No estoy de acuerdo con tu frase "científico siempre empieza estudiando el Universo y termina creyendo en Dios".

Más bien creo, y hay muchos casos para comprobarlo, que el hombre empieza a estudiar al Universo -o al cuerpo humano, a la naturaleza o...- que termina por dejar de creer en Dios.

Gracias por el comentario.
un abrazo

7:31 p. m.  
Blogger El Barón Rampante said...

Profunda y original concepción la tuya, Renacer, de la evolución humana.

No, creo que no malgastaré mi cinismo contigo...

Lechuza, deberías saber que te estás haciendo un poco un lío.

Primero: no todas las enfermedades son consecuencia directa de la herencia genética ni mucho menos. Tal y como yo lo tengo entendido la herencia genética condiciona el desarrollo de un individuo pero no lo determina. Es decir, quizás por tu carga genética seas más susceptible a coger un resfriado que otra persona pero si te abrigas, te alimentas y te cuidas no tienes por qué cogerlo. Es un ejemplo banal pero significativo; de hecho está comprobado que hay muchos cánceres que están provocados por agentes externos, la miopía es precisamente una adaptación del ojo al uso que de él se hace (en la mayoría de los casos, no en todos), y la infertilidad también es en ocasiones cuestión de compatibilidad entre dos personas o en otros casos viene provocada por factores ajenos a la carga genética.

Eso primero.

Segundo: "La función crea el órgano" es un postulado lamarckista pero la teoría de darwin no es la negación de lamarck si no la superación asimilativa de sus ideas.

Así es como me lo explicaron a mí: Si las copas pasan a estar más altas las girafas necesitan de un cuello más alto también. En la generación siguiente habrá seres que presenten pequeñas innovaciones, variadas, por sistema. Aquellas innovaciones que ayuden al individuo a adaptarse (un cuello largo) serán las que se perpetúen en las siguientes generaciones, aquellas que no lo hagan provocarán quizás la muerte temprana de esos individuos o les dificultarán el apareamiento y no se perpetuarán, por tanto.

Esta explicación no dice estrictamente "la función crea el órgano" pero sí que dice "el órgano se ajusta a la función" que viene a ser una reformulación de las ideas de Lamarck.

Hechas estas dos aclaraciones, creo que tu silogismo se viene un poco abajo.

La medicina en realidad no actúa contra el principio de selección natural sino que es, digamos, un factor más del "entorno"; igual que el medioambiente condiciona tu salud, involuntariamente, el tratamiento médico que recibas hace lo propio. Eso no niega la selección natural, simplemente cambia las condiciones del entorno en las que la selección natural sigue operando.

Negar la medicina con este argumento sería exactamente equivalente a decir "no vayas al médico; si estás enfermo es porque Dios así lo ha querido y hay que respetar la voluntad de Dios". Exactamente igual. Si no te gusta el segundo enunciado replantéate también tus argumentaciones.

1abrazo

11:55 p. m.  
Blogger renacer said...

A. EINSTEIN: «A todo investigador profundo de la naturaleza no puede
menos de sobrecogerle una especie de sentimiento religioso, porque le es
imposible concebir que haya sido él el primero en haber visto las
relaciones delicadísimas que contempla. A través del universo
incomprensible se manifiesta una Inteligencia superior infinita».
Ch. DARWIN: «Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría
de la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento
máximo de la existencia de Dios, me parece, la imposibilidad de
demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre toda
medida, y el hombre, hayan sido frutos del azar».

N. COPÉRNICO: «¿Quién, que vive en íntimo contacto con el orden más
consumado y la sabiduría divina, no se sentirá estimulado a las
aspiraciones más sublimes? ¿Quién no adorará al Arquitecto de todas
estas cosas?».

T. A. EDISON: «Mi máximo respeto y mi máxima admiración a todos los
ingenieros, especialmente al mayor de todos ellos, que es Dios».

HATHAWAY (padre del cerebro electrónico): «La moderna física me enseña
que la naturaleza no es capaz de ordenarse a sí misma. El universo
supone una enorme masa de orden. Por eso requiere una Causa Primera,
grande, que no está sometida a la segunda ley de la transformación de la
energía y que, por lo mismo, es sobrenatural».

W. VON BRAUN: «Por encima de todo está la gloria de Dios, que creó el
gran universo, que el hombre y la ciencia van escudriñando e
investigando día tras día en profunda adoración».

A. M. AMPERE: «¡Cuán grande es Dios, y nuestra ciencia, una pequeñez!».

I. NEWTON: «Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos, un inmenso
océano. La admirable disposición y armonía del universo no ha podido
salir sino del plan de un Ser omnisciente y omnipotente».

K. F. GAUSS: «Cuando suene nuestra última hora, será grande e inefable
nuestro gozo al ver a Quien en todo nuestro quehacer sólo hemos podido
columbrar».

G. MARCONI: «Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de
la oración y creo no sólo como católico, sino como científico».

C. LINNEO: «He visto pasar de cerca al Dios eterno, infinito,
omnisciente y omnipotente, y me he postrado de hinojos en adoración».

E. SCHRÖDINGER (premio Nobel de Física, creador de la Mecánica
Ondulatoria): «La obra maestra más fina es la hecha por Dios según los
principios de la mecánica cuántica».

K. L. SCHLEICH (célebre cirujano, descubridor de la anestesia local):
«Me hice creyente por el microscopio y la observación de la naturaleza,
y quiero, en cuanto esté a mi alcance, contribuir a la plena concordia
entre la ciencia y la religión».

J. KEPLER: «Si Dios es grande, grande es su poder, grande su sabiduría.
Alabadle, cielos y tierra. ¡Mi Señor y mi Creador! La magnificencia de
tus obras quisiera yo anunciarla a los hombres en la medida en que mi
limitada inteligencia puede comprenderla».

Sir Fred HOYLE (gran astrónomo y matemático): «El universo de las
galaxias se dilata, y se crea continuamente en el espacio nueva materia
para mantener constante la densidad media del universo, y esto exige la
existencia de un Creador».

A. S. EDDINGTON (astrónomo y matemático inglés): «Ninguno de los
inventores del ateísmo fue naturalista, sino filósofos mediocres. El
origen del universo presenta dificultades insuperables, a no ser que lo
consideremos sobrenatural».

J. barón VON LIEBIG (químico y fisiólogo alemán): «La grandeza e
infinita sabiduría del Creador la reconocerá realmente sólo el que se
esfuerce por extraer sus ideas del gran libro que llamamos naturaleza».

E. WHITTAKER, (investigador y catedrático de la Universidad de
Edimburgo): «Cuando se investiga profundamente sobre el origen del
universo, no hay más opción que convertirse al catolicismo».

Dedicado al Barón Rampante, que tan elegantemente no quiere utilizar su cinismo conmigo

5:57 p. m.  
Blogger El Barón Rampante said...

Jajajajaajja

Muchas gracias por las citas Renacer, de verdad. Me alegra haberte irritado, es precisamente lo que buscaba :P

Ahora no utilizaré mi cinismo contigo sino que te hablaré con franqueza.

Yo tampoco soy capaz de concebir un universo sin algún tipo de inteligencia superior... sea esta la del propio universo/dios - según una visión panteista- o de un ente o entes ajeno/s al mismo... sin embargo no he encontrado aún una religión que me satisfaga, sinceramente. Es por ello que me considero agnóstico, por necesidad. Porque hay una serie importante de elementos o aspectos del catolicismo que me producen pavor.

Si quieres comprender mejor mi punto de vista puedes visitar mi blog, hay un artículo que está dedicado a ello, y si lees mis reflexiones verás que en ningún momento se me ocurre negar la existencia de una inteligencia superior a la humana, ni mucho menos, lo que si que no puedo concebir es un Dios tal y como lo describe el catolicismo.

Te recomiendo también un libro, "The God Hypothesis: A scientifical approach to the God dylema" de Carl Sagan. Es un libro interesante que da mucho que reflexionar.

La razón por la que he sido sibilino contigo, renacer, es porque he visto em tu perfil que te gusta La Pasión de Jesucristo de Mel Gibson, algo así, para mí, como el Horror, la Brutalidad y la Estupidez humanas transmutadas en película y director.
Tu parábola con el juego de ajedrez para explicar la evolución me ha parecido, todo sea dicho, un tanto ingenua. También tu insistencia en el "ser superior". Este tipo de conceptos y de planteamientos están tan desvinculados de lo que pueda ser una evolución personal concreta, es una dialéctica tan vacía con tan poca relación con las características del hombre y su vida que me producen vértigo y desconfianza.

Es sólo eso renacer, no son prejuicios sino juicios; y que discutir acerca de Dios me parece inútil.

7:31 p. m.  

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